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Refugio para un surfista   (2009).

 

El refugio se inserta en uno de los acantilados de la costa cantábrica. Desde allí el surfero lee el mar como los músicos una partitura,esperando el momento en que éste ofrezca sus mejores olas para descender las escaleras y nadar hacia ellas.

 

La construcción se realiza mediante unas vigas que se incrustan a

la roca para sustentar una caja colgante de madera con tres ojos que enmarcan el mar, el horizonte y el cielo. Sobre las vigas se construyen unas plataformas a modo de terrazas y todo se recubre de una máscara metálica perforada que envejece con el tiempo.

 

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